lunes, 25 de abril de 2011

MAPOMA 2011, EL "EFECTO MADRID"

Muchos corredores pensarán que la maratón comienza con el disparo del juez, pero todo se ha gestado largo tiempo atrás. Yo lo sabía cuando crucé la línea de meta en el estadio de olímpico de Sevilla el 13 de Febrero y mi mente volvió a poner el crono a 0:00:00. Madrid: el objetivo.
En las semanas previas, además de los entrenamientos, la logística me ha llevado también algún tiempo. Decisión de los días de viaje, aclarar el tema del alojamiento, inscripciones y otras gestiones suplementarias.
El viernes a las tres de la tarde esperábamos (impacientes) al tren en la estación de La Palma del Condado para enlazar en Santa Justa con el AVE que nos llevaría a Atocha (19:15). La expedición compuesta por Salvador Domínguez Coronel (Club BonaBike), Juan Carlos Cortés Castizo y un servidor fue recibida en Madrid por nuestro amigo Francisco Merino Plaza (Paquete) que se ha portado con nosotros como un auténtico “Delegado” del Club Lince Bonares en la capital. Le estamos profundamente agradecidos por la “impagable” hospitalidad ofrecida.
Nos desplazamos a Rivas, a casa de mi compadre, José Luis Sánchez Martín (“desertor” que se ha ido a Londres a ver un concierto de Jamiroquai), donde Paco y su novia (Irene) nos prepararon una cena para chuparse los dedos. Después un ratito de charla acompañada de unos lingotazos y mezclas varias de vodka negro, vodka blanco y licor de mora. Todo no va a ser maratón, ehh.

Sábado, EXPODEPOR. Recogida de dorsales, bolsa de corredor y prueba de chip. Todo correcto. Allí me encontré con el incombustible “LINCE” Juan Manuel Torres Gómez que acababa de llegar en coche con otros runners onubenses. Nos propusimos “dar la lata” en todos y cada uno de los stands. Pruebas de pisada, preguntas, estudio de masa corporal, pegatinas, folletos, zapatillas, medias compresoras, plantillas, botellitas, potingues, aaagrrhhhhh. Ya está bien, que tanta actividad da hambre. Paco ha reservado en “La Vaca Picada” y nos ponemos hasta el mocho de hamburguesas en plan gourmet, no sólo de glucógeno vive el corredor.

Una vez que nos hemos pasado por el forro la dieta disociada rematamos la faena con batidos (extragrandes) de helado con nata (frapuccinos) en un Starbucks Coffee del barrio de Salamanca donde las integrantes del grupo DOVER nos mostraron su “faceta” más íntima. Se sentaron en la mesa de al lado.

Gulas con gambas (estilo Paquete) y sobras de la cena del viernes durante el Madrid-Barça. En el post-partido un ratito de PLAY3 jugando al Soccer y a guardar energías para mañana.

Como un niño dormí desde las 2:00 hasta las siete de la mañana cuando sonó el despertador. Visita al señor Roca y acto seguido desayuno con diamantes (cafelito y tostá con mantequilla y mermelada) que ya está Paco esperándonos a la puerta para dejarnos a los pies de la muralla. 8:20 desembarco en el Pº de Recoletos.

Miro a mi alrededor y compruebo que sí, que estamos en Madrid y que esto es la MARATÓN. Corredores a prueba de nervios ultiman los detalles y se pone en escena todo ese ritual que cada uno tenemos en los momentos previos.

La BRIPAC realiza una exhibición de paracaidistas que aterrizan en la misma línea de salida. En este momento andamos unos metros para buscar una buena posición y nos separamos de Salvador que va a correr en la 10K. Abrazos y ánimos. Las piernas me tiemblan y la adrenalina se sale por los poros de la piel. Comienzo a sentir el “Efecto Madrid”.

9:00. Los comentaristas caldean el ambiente y da comienzo la carrera. Esto no se puede describir, es imposible trasladar a palabras la sensación de salida junto con otros 16.000 atletas por la Plaza de Colón. Enseguida el Pº de la Castellana y el Santiago Bernabeu donde se separa la carrera de 10K dándose ánimos los corredores de ambas pruebas. Todo en subida hasta el 5K donde emergen majestuosas las TORRES KÍO, un momento extasíaco el pasar por debajo.

Madrid duerme. Hasta el 15K no hay mucha gente por la calle pero poco a poco se escuchan con más frecuencia los aplausos y ánimos. Todavía no hacen mucha falta. Rodamos a 5:44, en bajada y muy frescos. Para uno, que viene de provincias y que no está familiarizado con el callejero, pasamos por sitios y vimos lugares que nos “suenan”. Cuatro horas de dejà-vu constante.

Lo que si reconocí es la calle Fuencarral (17K) como preludio de algo que no había podido imaginar ni en sueños. Al final, y como un escenario de película, aparece la Gran Vía. Uffffffffffffffffff. Cines, teatros y carne de gallina en cantidades industriales. Pero lo que viene es aún mejor: calle Preciados, la fnac y para terminar, la Puerta del Sol Si esto no es grande que venga Dios y lo vea.

Madrileños como hormigas colmatan las aceras en la CL Mayor y la apoteosis cae sobre nosotros cuando vemos al fondo el Palacio Real. El “Efecto Madrid” de nuevo. Ya estoy con el gel y la hidratación (18K), que no quiero sorpresas intestinales como las de Sevilla.

Subidita en CL Ferraz y saboreamos la media (21K). A por ellos!!. Pasando por el Parque del Oeste aprovechamos para vaciar la vejiga. En una descendente vemos al fondo la Casa de Campo en la que entramos por el Puente del Rey. En varias ocasiones tenemos que aminorar el ritmo (25K) porque, aún encontrándonos muy bien, hay que guardar energías para el tramo final. La maratón se corre al 50% con la cabeza.La salida de este “pulmón de Madrid” está flanqueada por el “Vicente Calderón” (34K). Seguimos parando en los avituallamientos y aprovecho todas las duchas para refrescarme. Aunque la temperatura ha sido nuestra aliada Meteo hace de las suyas y sube algunos grados para el último cuarto de carrera.
35K. MAPOMA comienza aquí. Esto es lo que hemos venido a hacer. SUFRIR. Cuatro kilómetros de subida que parecen la “Vía Dolorosa”. Un momento duro con corredores vomitando, andando, sentados en el suelo y a los que les han abandonado las fuerzas. Ni mirarlos, sólo hacia adelante. Sólo hay un camino y finaliza en el Retiro.
Tramo plano en la puerta de Atocha donde pasamos por el monumento en recuerdo del 11M. Mi corazón se arruga al ver la los rayos de sol pasar por los 200 nombres del cilindro de cristal. Nueva subida. En poco más de un KM conquistamos la cima: Qué subidón... Ni carbohidratos, ni geles, ni powerades... la Puerta de Alcalá es nuestra. Tiembla MAPOMA porque contamos con el “Efecto Madrid”.
Salvador nos espera, foto al canto y me da la bandera de Bonares para portarla en los últimos metros. Que alegría ver de nuevo a un bonariego. Juan Carlos y yo consensuamos de entrar juntos en meta.
El 41K es la antesala del cielo. Nada puede pararnos. 1.195 metros de sprint final flanqueado con palmas y griterío. La bandera de Bonares ondea por el Parque del Buen Retiro. Ahora nos acompañaba el “Efecto Bonares”. Si la cosa ya iba sobre ruedas retumba mi nombre por megafonía justo antes de pasar por el arco final. Es una experiencia que roza la mística, y los que han pasado por este arco saben de lo que estoy hablando. NO ES UNA MARATÓN MÁS, es Madrid.
Aunque es lo de menos, estos son los tiempos:
Nombre Dorsal Cat. General Hombres Categoría Oficial Neto Ritmo Vel. media
10K
Salvador Domínguez Coronel B2338 D-M 817 / 4146 774 / 3105 318 / 1264 0:48:40 0:47:27 4:44 min/Km 12,64 Km/h

42K
José Javier Martín Ramos A5125 D-M 5013 / 7998 4824 / 7444 1130 / 1605 4:07:57 4:06:05 5:49 min/Km 10,28 Km/h
Juan Carlos Cortés Castizo A4161 D-M 5015 / 7998 4826 / 7444 1131 / 1605 4:07:59 4:06:07 5:49 min/Km 10,28 Km/h
Juan Manuel Torres Gómez A3722 F-M 5788 / 7998 5533 / 7444 968 / 1254 4:17:27 4:12:52 5:59 min/Km 10,21 Km/h
En la zona de avituallamiento me encontré con Torres. Creo que se estaba aprovisionando para los 101 KM de Ronda. La foto habla por si misma.Todos los que han estado en contacto con MAPOMA sufrirán a partir de ahora el “SÍNDROME MADRID”, que no tiene cura pero se sobrelleva preparando otras maratones en espera del año que viene.
ENHORABUENA MARATONIANOS.
José Javier Martín Ramos – Cronista