jueves, 7 de abril de 2011

LA MEDIA DE LA PALMA

El domingo 27 de marzo teníamos la cita de La Palma. Con esto del cambio de hora tenía el sueño un poco trastocado y en cierto modo temía el efecto “jet lag” que todos acusamos en los primeros días. Nada, nada. Una horita menos de sueño que ya recuperaremos en octubre cuando el reloj atrase.

El día amanecía brumoso, apuntando a invernal, pero a poco que el sol asomaba se iba dibujando un perfecto día primaveral. Antes de las 9.00 ya estábamos en La Palma, Juan Bonifacio y un servidor. Papeleo de rigor con los dorsales dentro del estadio. Esta vez madrugamos lo suficiente para que no nos pasara lo de la carrera de San José de la Rinconada. Vaya chasco. No he corrido más en mi vida!!!

Permítanme que haga un inciso. Es que esto hay que contarlo. Llegamos a San José a las 10:30 y vemos a una “tropa” calentando y comentamos: joder, que impaciente es la gente, hasta las 12:00 que es la carrera y ya están calentado. Aparcamos el vehículo y nos acercamos tranquilamente paseando hasta el estadio. Conforme vamos viendo más y más tíos con calzonas trotando preguntamos a qué hora es la carrera y nos dícen que a las once menos cuarto. Ehhhhhhhhhhh?? Quillo que son las 10:38!! Nos cambiamos en la misma puerta de estadio y yo al teléfono llamando a Mata (que no me cogía) hasta un buen rato después que la mujer (entre un bullicio atronador) me dice que están en la grada. A por los dorsales. Corre, corre que no llegamos. Cuando encontramos a los “sufridores” del club ya tenían nuestros dorsales en la mano y mientras tratábamos de meter el imperdible suena el disparo de salida. De “perdíos” al río. Salimos casi dos minutos tarde, entre aplausos y guasas del público. A pesar del fiasco hicimos una “peaso” carrera. Pero definitivamente no era nuestro día. Por un fallo de la organización nos han puesto en la clasificación unos 40 números más atrás de los que entramos, lo que no nos quitaron fueron las cervecitas que cambiamos por los estiramientos en el bar de la esquina.


Centrémonos en lo que nos compete, la media. Unos 140 corredores están ya listos en la línea de salida y el sol, que había estado agazapado entre las nieblas matutinas, se calzaba las zapatillas a las 10:00. En la espera se une a nosotros el almonteño Juan Carlos Cortés (un pre-Lince). Puntual el tiro al aire y salimos casi de los últimos en un recorrido por el pueblo (aún dormido) semidesierto (con olor a pan tostado y churros). Un primer tramo muy cómodo en bajada y nada que ver con el resto de la carrera En el 2km alcanzamos a Juan Bonifacio y rodamos juntos al menos hasta el 5km en el que ya veíamos a Piñero y Auxi.

El asfalto ha quedado atrás y los pies comienzan a sufrir el tortuoso camino de cabras que nos tenía preparado la organización. Con razón se llaman los Correcaminos. Rodamos algunos kilómetros juntos y acabamos en escapada Juan Carlos Cortés, Auxi y el que escribe. Piñero todavía sigue en recuperación. Poco a poco, ya te has vuelto a atrever con una media (pronto serán los 101KM).

A los lejos iba apareciendo los reflejos del agua del Corumbel, al que dejamos a la derecha para ir en busca de la carretera que nos llevaría, con una leve pendiente, hasta la La Palma. Ufff, que alivio volver a pisar el firme.

Rodamos con un grupito de sevillanos que nos acompañaron hasta la entrada al casco urbano. Unas imágenes realmente cautivadoras. El paisaje merece la pena. Un verde resplandeciente que rayaba en destellos cuando el viento hacía presencia. Esto acompañado de una sensación de control y descanso. De comodidad en la carrera. Esto es lo que se llama “disfrutar de la carrera”.


Cuando cruzamos la “nacional” estas percepciones agradables se fueron desvaneciendo poco a poco. Las calles angostas y la falta de esta brisa tan agradable que nos acompañaba, unido a la disminución de las reservas de glucógeno me hacían flaquear. El mini-pelotón que habíamos formado sirvió para que tiráramos el uno del otro en este último empujón de la carrera.

En los últimos kilómetros me invadía una sensación de falta de medida. No tenía claro cuanto faltaba y no sabía si apretar o aflojar. Una cierta descoordinación derivada del desconocimiento del trazado. Cuando menos me lo espero veo la gasolinera que una hora y cuarenta minutos antes había dejado atrás.

La línea de meta junto con la caravana de cruzcampo estaban a la vuelta de la esquina. La organización inmortalizó este momento y entregó a los participantes una foto de recuerdo. Gracias por el detalle. Detalle el que obtuvo Rafael Domínguez con un 5 puesto rozando los talones del internacional maratoniano onubense Miguel Beltrán.

Estós son los resultados cosechados por los LINCES:

Pto. Dorsal NOMBRE APELLIDOS AÑO CLUB LOC. Tiempo

5 743 RAFAEL DOMINGUEZ DOMINGUEZ 1969 LINCE BONARES 1 17.06

20 616 GONZALO PEREZ VELO 1966 LINCE BONARES HUELVA 1 26.28

23 754 JOSS PINCHES 1960 INDEPENDIENTE 1 27.32

35 668 FCO. JAVIER ROMERO ROMERO 1971 LINCE BONARES BONARES 1 33.46

79 675 JUAN CARLOS CORTES CASTIZO 1975 INDEPENDIENTE ALMONTE 1 43.41

80 680 JOSE JAVIER MARTIN RAMOS 1976 LINCE BONARES BONARES 1 43.42

81 615 Mª AUXILIADORA GOMEZ PACHECO 1974 LINCE BONARES SAN JUAN 1 43.43

87 724 JUAN MANUEL* TORRES GOMEZ 1962 CORRECAMINOS HUELVA 1 44.36

94 672 JUAN BONIFACIO PULIDO BARBA 1968 LINCE BONARES BONARES 1 46.37

116 614 JUAN CARLOS PIÑERO ROMERO 1972 LINCE BONARES SAN JUAN 1 54.32

A la hora de hacer balance me surgen dos ideas base. Un primer planteamiento: se nota que esta es una media maratón llevada a buen término con poco dinero, mucha imaginación y UN GRAN ESFUERZO de los organizadores. ENHORABUENA amigos. En segundo lugar, es una prueba de una dureza excepcional, pero aquí hemos venido a sufrir, y eso me ha gustado. Volveré el año que viene a soplar las velas de su décimo cumpleaños.


José Javier Martín Ramos – Cronista.