Cada domingo de competición disfruto con las fotografías de la carrera celebrada, después consulto las distintas clasificaciones y escribo la crónica que nuestro club publica en su blog. Sin darme cuenta todo esto se ha convertido en un hábito que resulta de lo más gratificante. Sin embargo, hoy la crónica que empiezo es de especial dificultad porque encontrar las expresiones adecuadas para una despedida tan dolorosa no resulta nada fácil. Manuel Márquez Quintero ha fallecido en accidente de tráfico.
En las últimas horas de la tarde de ayer, sábado 5 de noviembre recibo la llamada del buen amigo Manolo Server, que con voz entrecortada trata de explicarme lo sucedido. Impresión que excede lo que puedo comunicar en estas líneas, noche de insomnio y sensación de irrealidad que se esfuerza por negar lo que ya es inevitable.
Manolo Márquez era un hombre sencillo, trabajador y humilde que manifestaba toda su sabiduría atlética con pocas palabras. Efectivamente no se excedía nunca en sus comentarios, como mezcla de timidez, discreción y saber estar. A la hora de competir se mostraba siempre cumplidor, de forma que puede ser tenido como ejemplo de constancia y sacrificio. Entre la multitud de anécdotas que a partir de este momento aflorarán me quedo con aquellas de volver a casa entrenando después de una dura jornada de trabajo o la de aprovechar la visita a Córdoba con motivo del Andaluz Infantil para entrenar por sus calles con una temperatura de justicia.
Espero no equivocarme si afirmo que el Club Lince Bonares honrará tu memoria, que Bonares ha perdido un ídolo y ha ganado una leyenda, que todos los atletas onubenses; mejor, que todos los andaluces ya te echan de menos. Te ha dado tiempo a poner nombre a la carrera de tu pueblo, que a partir de ahora será siempre en tu memoria…pero de alguna manera nos has dejado huérfanos. Manuel Márquez Quintero, Manolo, ¡te has ido demasiado pronto!
Para terminar quiero expresar mi más sentido pésame a los familiares, a Juana María, Ilde, Antonio y Marta a los que conozco directamente así como al resto. Si sirve de algo os diré que siempre recordaremos al protagonista de este capítulo que no debería haberse escrito nunca y, de alguna manera, siempre permanecerá entre nosotros.
Manolo Márquez era un hombre sencillo, trabajador y humilde que manifestaba toda su sabiduría atlética con pocas palabras. Efectivamente no se excedía nunca en sus comentarios, como mezcla de timidez, discreción y saber estar. A la hora de competir se mostraba siempre cumplidor, de forma que puede ser tenido como ejemplo de constancia y sacrificio. Entre la multitud de anécdotas que a partir de este momento aflorarán me quedo con aquellas de volver a casa entrenando después de una dura jornada de trabajo o la de aprovechar la visita a Córdoba con motivo del Andaluz Infantil para entrenar por sus calles con una temperatura de justicia.
Espero no equivocarme si afirmo que el Club Lince Bonares honrará tu memoria, que Bonares ha perdido un ídolo y ha ganado una leyenda, que todos los atletas onubenses; mejor, que todos los andaluces ya te echan de menos. Te ha dado tiempo a poner nombre a la carrera de tu pueblo, que a partir de ahora será siempre en tu memoria…pero de alguna manera nos has dejado huérfanos. Manuel Márquez Quintero, Manolo, ¡te has ido demasiado pronto!
Para terminar quiero expresar mi más sentido pésame a los familiares, a Juana María, Ilde, Antonio y Marta a los que conozco directamente así como al resto. Si sirve de algo os diré que siempre recordaremos al protagonista de este capítulo que no debería haberse escrito nunca y, de alguna manera, siempre permanecerá entre nosotros.
Paco Vazquez.- Cronista del club Atletismo el Lince-Bonares