En pocas líneas, el escritor uruguayo sacó del olvido la vida y la muerte de Bebel, al que asesinaron junto a uno de sus ocho hermanos, todos hijos de un comerciante de lejía, socialista y perseguido.
Si bien jugó cuatro temporadas en el club gallego, García es recordado por sus luchas ideológicas fuera del campo. “Era un buen delantero. Aunque muy bajito, casi enano, tenía unas condiciones fabulosas para el fútbol, pero en la cabeza tenía otras cosas”, recordó hace un tiempo, en el diario La Voz de Galicia, Rodrigo García Vizoso, que con más de cien años de edad todavía evoca aquellas travesuras de Bebel.
Coruña, verano de 1936: Bebel García muere fusilado.
Bebel es zurdo para jugar y para pensar. En el estadio, se pone la camiseta del Depor. A la salida del estadio, se pone la camiseta de la Juventud Socialista.
Once días después del cuartelazo de Franco, cuando acaba de cumplir veintidós años, enfrenta el pelotón de fusilamiento:
–Un momento –manda
Y los soldados, gallegos como él, futboleros como él, obedecen.
Entonces Bebel se desabrocha la bragueta, lentamente, botón tras botón, y de cara al pelotón echa una larga meada.
Después, se abrocha la bragueta:
- Ahora sí.