En España, el exceso de peso alcanza ya al 40% de los niños y jóvenes de 3 a 24 años, con un 14% que sufre obesidad y el 26% restante, problemas de sobrepeso.
Algunas de las causas de este aumento del peso son la mala educación alimentaria y la ausencia de ejercicio físico.
Hoy en día hay una gran diferencia con los niños ahora y los de hace algunas décadas, la principal es el descenso de la actividad física. Hace años los niños pasaban una parte del tiempo de cada día jugando en la calle con otros niños (a la vez que mejoraba su socialización realizaba ejercicio físico), sin embargo, hoy en día la gran mayoría de niños han sustituido parte de ese tiempo de juego físico por juego tecnológico, con el uso de videojuegos, ordenadores, etc. Disminuyendo así el número de calorías gastadas.
Pero ¿qué es la obesidad?. Según la OMS (organización mundial de la salud) es una enfermedad crónica que se caracteriza por un aumento de la masa grasa y en consecuencia por un aumento de peso. Existe, pues, un aumento de las reservas energéticas del organismo en forma de grasa.
El aumento de peso ocurre cuando hay un desequilibrio calórico, es decir cuando la cantidad de calorías ingeridas supera la cantidad de calorías gastadas. Cuando una persona ingiere de forma habitual más calorías de las que puede quemar, el cuerpo almacena las calorías extras en forma de grasa.
Por tanto, se entiende por obesidad una acumulación excesiva de grasa corporal. Una medida común de evaluación para determinar cuándo es “excesiva” es el Índice de Masa Corporal o IMC.
El IMC se calcula mediante una operación matemática utilizando las medidas de peso y altura. La cifra resultante sirve de indicador general para saber si el peso de la persona entra dentro de un rango saludable. Se divide el peso en Kg entre la altura (en metros) al cuadrado.
La clasificación que da la OMS, IMC (kg/m2), es la siguiente:
Delgadez <18,50>
Normal 18,50 - 24,99
Sobrepeso ≥25,00
Obeso ≥30,00
a) Entorno familiar
El entorno familiar es uno de los factores más importantes, ya que son los que reciben la presión consumista de la sociedad a ingerir productos poco saludables.
Hoy en día en la gran mayoría de los hogares se hace necesario que los dos cónyuges tengan responsabilidades laborales debido a la situación económica en la que vivimos, ello crea una situación en la que mantener una alimentación tradicional a base de comida casera y tradicional es cada vez más difícil y se van sustituyendo las verduras, hortalizas y legumbres por precocinados, embutidos o fritos, así como la fruta por repostería. A esta tendencia se une la poca afición de los niños por las verduras, el pescado o la fruta. Por lo tanto, se ha ido creando una situación que favorece cada vez más el consumo de calorías y cada vez menos el de alimentos sanos.
b) Alimentos ricos en grasas saturadas.
Un elemento importante es la gran oferta que hay de alimentos dirigidos para los niños, de los cuales muchos son ricos en grasa y en calorías, tales como la repostería, las hamburguesas, las salchichas, las patatas fritas, los “snack” y los platos precocinados.
Estos alimentos son tomados cada vez con más frecuencia por los niños y niñas.
c) El sedentarismo
El sedentarismo es otro factor que se debe considerar. Los niños antes jugaban en la calle pero ahora suelen jugar en casa, donde la actividad física y por tanto el gasto de calorías es menor reduciéndose al mínimo cuando los niños juegan al ordenador o ven la televisión. Esto ocurre con mayor incidencia en países más desarrollados en los que el consumismo se manifiesta con mayor fuerza.
Además, con frecuencia la poca actividad que se realiza en el hogar se acompaña de picotear o comer “snacks”.
d) Factores genéticos
Los factores genéticos se dan en muy pocos casos de obesidad infantil, y generalmente se debe a un trastorno genético o a una enfermedad metabólica.
Con frecuencia, los niños obesos tienen padres obesos y en muchas ocasiones esto indica una alimentación incorrecta de toda la familia.
También queremos señalar las principales características de la obesidad infantil:
- En niños obesos son más frecuentes los problemas articulares y ortopédicos, como alteraciones en la cadera o de la tibia.
- En personas muy obesas se puede producir acumulación de grasa en el hígado y alteraciones en la función hepática, así como ardores de estómago por reflujo del contenido gástrico hacia el esófago. Otra complicación de la obesidad es la apnea del sueño que, aunque es poco frecuente, pueden padecerla los niños obesos que roncan y se duermen fácilmente durante el día.
Estas enfermedades concretas conllevan además trastornos psicológicos, motivados por el rechazo y discriminación social hacia los jóvenes obesos. De hecho, incluso los mismos niños de seis años prefieren como amigos a niños que no sean obesos y a medida que los chicos van creciendo sufren una mayor discriminación.
Todo ello provoca efectos físicos y psicológicos como los siguientes:
Los niños y niñas con sobrepeso tienen más probabilidades de desarrollar asma y otras enfermedades crónicas, además tienen dos veces más probabilidades de desarrollar enfermedades cardiovasculares e hipertensión y tres veces más de desarrollar diabetes.
La consecuencia más inmediata del sobrepeso, es la discriminación social. La obesidad está relacionada con baja autoestima, depresión, retraimiento social, ansiedad y una sensación de rechazo crónico. Tienen más probabilidades de ser víctimas y victimarios del hostigamiento y la agresión que sus compañeros con peso normal.
Las burlas, las dificultades para los deportes, la fatiga, la apnea del sueño y otros problemas relacionados con la obesidad afectan gravemente la sensación de bienestar psíquico y social de estos niños.
Hay que tener en cuenta una serie de elementos para diseñar un programa de alimentación para niños y adolescentes con obesidad
Los cambios que se están dando en la alimentación y los nuevos estilos de vida son los principales desencadenantes de la obesidad y de su aumento en los últimos años.
La infancia es la etapa de la vida en la que comienzan a establecerse los hábitos alimentarios y a partir de la adolescencia, estos hábitos adquiridos se hacen más resistentes al cambio.
Es importante actuar durante la infancia sobre la conducta alimentaria de niños y niñas, ya que las costumbres que adquieran en esta etapa van a ser determinantes de su estado de salud cuando sean adultos.
Las características del programa de alimentación que se realice para alumnos con obesidad siempre, como hemos visto anteriormente, ha de tener presente la cantidad de actividad física que realiza el sujeto para poder calcular con exactitud el gasto calórico. El objetivo es suministrar un número inferior de calorías al número que consume, con lo que conseguiremos un progresivo perdida de peso.
La alimentación saludable en el niño con sobrepeso ha de ser variada, sana, equilibrada, nutritiva, apetecible, divertida, sorprendente, ordenada, consistente y educativa.
Todo pasa por un estilo de vida activo. Generalmente todos los niños suelen ser aficionados a practicar algún deporte u otras actividades tales como puede ser bailar, correr, pasear o hacer senderismo. Pues los padres y/o educadores deben trabajar para conseguir que estos niños puedan incluir de forma regular la actividad física en sus hábitos de vida.
En principio, se puede comenzar integrando preferiblemente el ejercicio físico en la rutina diaria, como por ejemplo ir andando al colegio o realizar los desplazamientos que lo permitan a pie.
Los niños y adolescentes observan en los adultos de su entorno modelos de comportamiento, siendo importante en el desarrollo de las conductas. Por ello es importante evitar los juegos de ordenador y el tiempo dedicado a ver la televisión. Y sustituir estos momentos por otros más activos consiguiendo mejorar la calidad de vida.
Es fundamental acompañar una correcta alimentación con la realización de ejercicio físico para poder conseguir un desarrollo corporal adecuado.
En el XII Congreso Nacional de la Federación Española de Medicina del Deporte se presentó una pirámide de actividad física para niños y adolescentes, que es muy práctica y educativa:
El programa de ejercicio físico debe cumplir con unas determinadas condiciones:
Calentamiento: movilidad articular durante 5 minutos como mínimo.
Tipo de trabajo físico: Cardiovascular (aeróbico), no superar las 140 pulsaciones por minuto.
Etapas: Dividido en etapas de 10-15 minutos cada una durante las primeras semanas.
Intensidad: Se incrementa en 3% cada 3 minutos.
Duración: 4 a 6 semanas.
Frecuencia : entre 20 y 30 minutos tres días a la semana
Este tipo de programa de ejercicio físico de tipo cardiovascular (aeróbico) involucra grandes masas musculares y están directamente asociados a una mayor utilización de la glucosa.
Algunos ejemplos de deportes o ejercicios a realizar de tipo aeróbico son la carrera continua, los deportes colectivos, natación, bailes, bicicleta, tenis, etc.
Es muy recomendable realizar ejercicios respiratorios para aprender a dosificar el esfuerzo y llevar un ritmo adecuado.
Ejercicios de estiramiento muscular al final de cada sesión de ejercicios.
Los efectos de este ejercicio físico en personas con obesidad son importantes. La práctica de actividad física va a permitir un aumento del:
- Gasto energético.
- Estímulo de la respuesta termogénica aumentando la tasa metabólica en reposo.
- Aumento de la capacidad de movilización y oxidación de la grasa.
- Reduce la resistencia a la insulina.
- Mejora la capacidad cardiopulmonar (aeróbico).
- Baja la presión arterial.
- Disminuye los LDL y aumenta los HDL.
- Reducción de la grasa corporal y aumento de masa magra.
Basado en el PLAN PARA LA PROMOCIÓN DE LA ACTIVIDAD FÍSICA Y LA ALIMENTACIÓN EQUILIBRADA y en el trabajo de FERNANDO TRUJILLO NAVAS (Diplomado en Educación Física, Licenciado en Psicopedagogía, Experto Universitario en Entrenamiento Deportivoy Director Técnico en Animación).